Simplemente soy
Me rio de los peces de colores,
pues la vida me ha enseñado
que las cuentas pendientes
nunca llegan a saldarse.
Y canto muy alto
aunque las lágrimas nublen el horizonte.
Siempre habrá claros que dejen pasar
el brillo de las estrellas.
Bailo y estreno zapatos rojos.
Piso fuerte sobre el camino
dejando huellas legibles
en el paso de los tiempos.
No soy imitadora,
soy natural como la vida misma.
Me encanta la cara recién lavada
y desperezarme por la mañana.
No soy inocente,
soy vieja como el diablo
y no permito que el engaño
se encargue de dañarme más el alma.
Abro el corazón todos los días a la vida,
total, ya no tengo nada que perder.
Si te escondes por las esquinas
puede que no te vuelvan a encontrar.
Me hablan de resignación,
olvidando que las vitrinas
están llenas de muñecas
de trapo y cartón.
No tengo miedo a la muerte,
viaja conmigo desde siempre.
Más temo perder el calor
de los abrazos con amor.
Siento mucho,
intento sufrir poco.
Pero lo irremediable pasa
y el dolor muchas veces me daña.
Es que al final soy humana,
con el corazón a la izquierda de mi pecho.
Y este duele cuando las arañas
inundan con sus telas
los recuerdos del alma.
Simplemente soy,
y escribo para contarte cosas.
Quizás no me entiendas,
de verdad lo siento.
Esto y solo esto,
es lo que llevo dentro.
No hay excusas
Encadenada en el motivo
no avanza en el camino.
Las palabras se le ahogan,
no puede continuar.
Busca inspiración en sus labios,
pero estos ya están fríos.
Intenta alcanzar sus brazos,
pero estos ya se han cerrado.
En el refugio de su habitación
evade la tormenta
y sueña con algo más
para poder ser feliz.
Pero al despertar,
las nubes siguen
y la lluvia moja
el espacio vacío.
De nuevo se enfrenta
al papel blanco.
Y la musa se ha ido de vacaciones,
había olvidado que era verano.
Fuera,
el sol abraza la mañana.
Pero en el refugio
su espíritu está retenido.
Se esfuerza y se abre a la luz.
Despliega de nuevo las ventanas
y deja el aire limpio entrar.
Está viva
no tiene excusas,
para continuar,
para vivir…
Ella
Guarda sus recuerdos en pequeñas cajas de cristal
resguardadas en las vitrinas del corazón.
Y de vez en cuando las abre
dejando volar
sueños, risas, llantos…
Imagina como será su futuro,
con muchos días en el calendario.
Y en la revolución por la vida
se pone bella, se engalana.
Sus manos arrugadas
tiran una moneda al aire.
Si es cara,
pintará sus labios de rojo pasión.
Si es cruz,
de rosa como las tiernas cicatrices de su pecho.
Canas al viento,
falda de vuelo.
Zapatos de tacón,
gafas de sol.
Y ella sale a la vida a presumir,
dejando sobre las calles mojadas
sus marcadas huellas.
Sin vergüenza,
baila con las mariposas
que encuentra en el jardín.
Regala sonrisas,
que como las hojas de otoño
se las lleva el viento.
Regala buenos días,
que como caramelos
endulzan la vida de los errantes.
Regala vida,
la que no le sobra,
pero que entrega con gran estima.
Y con sus palabras,
cura las heridas.
Es sabia en sus dimes y diretes
y prudente con los dementes.
Otra tarde llega
y la tertulia la espera.
Hoy hablarán de Romeo y Julieta
del amor y de la guerra.
Esa es ella,
la del bolso color miel.
La de los hermosos ojos verdes,
la señora del tercero,
la que huele a jazmín.
Simplemente es ella,
una mujer que vive plenamente
lo que el resto llama vejez.
Gloria de la Soledad López Perera. Nacida en Santa Cruz de Tenerife (Tenerife, Islas Canarias, España), es miembro de la Asociación Cultural de Escritores de Canarias (ACTE) y del colectivo Literario Internacional Arando Letras de México en Tenerife.
Es a partir del año 2015, con la publicación de su primera novela titulada LA LEVA DEL PODER, cuando se implica activamente en el trabajo literario.
Muchos de sus microrrelatos, relatos, cuentos, poemas, nanorrelatos, siglemas, han sido seleccionados para formar parte de diversas antologías literarias, a nivel nacional e internacional, obteniendo además múltiples premios y menciones especiales.
También colabora con sus trabajos en diversas revistas literarias y periódicos digitales.
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