1
¿De quiénes son las manos que moldean tu cuerpo,
habitante? Tu dios es solamente un invento de la mañana.
El bolígrafo de lo conocido se limita a escribir
lo que pasó después, de lo que pasó antes.
Quizás, todas estas historias provienen de alguien
quien ha conservado las heridas profundas para hacerlas
sangrar como tinta que se escurre y crea bosques
salpicados sobre las páginas.
2
Página, por cierto, proviene de la etimología
que pronuncia un derivado del verbo pangere
(ensamblar)—que se refiere primero a las hojas individuales
y después a las que vienen cosidas. Debió de ser
la misma época en la que los hombres todavía no se atrevían
a hablar verdaderamente; cuando la realidad era contada
para que viajara de boca en boca. Ahí ya era tu decisión
si la atrapabas, o la dejabas huérfana,
levitando a través de los aires.
Que raro que la palabra “ensamble”
también se deriva del término “enlazar”.
Como atar un cometa. O lograr que las hojas viajeras del otoño
se estacionen, y abran paso a las breves pausas que nos trae el invierno.
Hay una razón por la que Estación
se escribe de la misma manera que Estación.
3
Los senderos de los cerros solamente se distinguen verdes
cuando hay nubes en las temporadas de lluvia,
y entonces los ríos corren, y hay un olor a vida
esparcido a través de los mundos que se condensan
en una pequeña ciudad. Aquella mañana,
a tu lado escuché un silbido que llevaba dos ritmos,
y al final, hubo otro vibrato que revivió
en última instancia la canción.
¿Qué fue eso?; me preguntaste.
El idioma de lo que renueva la lluvia.
4
Existen tres canciones en el verano:
la primera es su voz. La segunda es una esfera dorada,
en la que se convierte su voz. Y la tercera es una reverencia
con la que responden los pájaros
hacia el volumen de la naturaleza.
Voz de la madre tierra. Esfera de oro.
Reverencia de los animales
que aprenden a repetir el tintineo.
Ya existía una campana,
antes de que se agitaran nuestros cascabeles.
5
En la saliva,
en el papel,
en la lengua,
en el eco de una voz,
en el peso de diez voces,
en el silencio,
en el vacío,
en los instrumentos,
en las aves,
en las superficies de madera,
en los jarrones de cristal,
en los templos,
en los coros,
en las madrigueras,
en la consciencia,
en los conductos del cuerpo—
afuera, por dentro—
las maravillas que aturden son las mismas
que crean un dialecto en el que a través de las palabras,
la huella del ser humano trasciende. La teoría del lenguaje,
solamente un reflejo de las historias
que ya hemos escuchado.
Marie Anne es una poeta y escritora de Hermosillo, Sonora, México. Fundadora y editora en jefe del catálogo digital VOCES. Su poema «A Movie Called Honeycomb» fue seleccionado para publicación en el chapbook de Torrey House Press, «In the Garden», libro que forma parte del Programa de Humanidades Ambientales de la Universidad de Utah.
Su cuento «Las botas que se sacuden espíritus» ganó el primer lugar para publicación a nivel estatal en el concurso literario «Plumas en ciernes 2022».
Su poema bilingüe «Español» fue seleccionado para publicación en la antología digital de Meniscus Literary Journal, revista literaria de la Asociación Australasia de Programas de Escritura (AAWP) con sede en Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido.
Finalista del V Premio de Poesía Hispanoamericana Francisco Ruiz Udiel de Valparaíso Ediciones.
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